Contando historias

Contando historias

Nos encontramos ante una situación económica difícil, y ha derivado en una sucesión de problemas que no podemos controlar. Parece que ya nada tenga valor. ¿Nada?

Siempre necesitamos algún valor en los objetos, en las acciones y en nuestro día a día; y al no poder ser económico ha empezado a surgir la tendencia 'Antique Essence' es decir, 'Esencia de lo Antiguo'. Nos importan mucho las historias de los objetos y de las personas que los confeccionan. Buscamos un porqué de ese detallito que queremos regalar, o incluso, lo fabricamos nosotros mismos, para que haya una pequeña historia detrás. La historia, la tradición y lo natural es lo que nos arraiga, lo que nos lleva a sentirnos más cómodos mientras la tecnología avanza a pasos agigantados.

También es una forma de reciclar o de reutilizar; lo antiguo, lo reutilizado y lo cercano es más mio, y por eso lo conservo y lo restauro.

Es la rememoración de que cualquier tiempo pasado, fue mejor.

 

Esta tendencia se centra en los aspectos emocionales del producto, bien porque hace referencia a lo cotidiano, normalmente con una belleza imperfecta. Reivindica lo local.

Está surgiendo en la cerámica, con imitaciones a los azulejos hidráulicos; en los muebles, con la restauración de lo antiguo, llamándolo 'vintage'; en el diseño y las joyas, con un aire claramente ochentero; en el proceso de elaboración de la comida, mediante el concepto 'slow food', etc.

 

Los negocios que se desarrollen basándose en esta tendencia tienen una competencia directa más limitada, ya que se basan mucho en la capacidad de diferenciación del productor. Es decir, se vuelve en cierto modo, a la artesanía, a la diferenciación, se alejan de la producción en serie. Y esa diferenciación aporta un valor no tangible ante el cual es difícil competir.

Además, al no existir competencia directa, fomenta que cada emprendedor/a de este tipo de tendencia desarrolle su especialidad.

 

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